En primer lugar quiero agradecer a todos que han tomado esta difícil decisión, un sacrificio muy costoso a muchos niveles en estos tiempos no muy propicios al Arte. Pero más que un agradecimiento personal quiero comunicaros mi profunda satisfacción de sentirme parte de un gremio que ha sabido poner sus valores y sus ideales por delante del conformismo político y de la muy importante estabilidad económica .
Lo que habéis hecho es una lección para toda la sociedad y estoy seguro de que este gesto tendrá repercusiones en el futuro con consecuencias insospechadas, por lo que podéis estar muy orgullosos. Lo digo sinceramente convencido de no pecar por exceso de inocencia.
Pero mas allá de los cumplidos me gustaría decir unas cosas sobre el tema que nos ha unido de una manera tan inesperada. Estoy hablando de la libertad de expresión negada por la censura al programa existente de Alter Arte 2008 por parte del Consejero de Cultura de la región de Murcia, el señor Pedro Alberto Cruz Sánchez. Vale la pena analizar el problema en su verdadero contexto para entender lo que estaba en juego y el alcance de lo que se ha producido.
Cuando hablamos de "libertad de expresión" es un concepto muy vasto que engloba aspectos muy distintos de un derecho que el estado democrático concede a todos sus ciudadanos:
La posibilidad de expresarse libremente sin miedo o presiones. Es justo y sumamente importante el hacer de este derecho un hecho sin embargo, basta unas mínimas reflexiones para ver que las cosas son más complicadas de lo que parece y que existen hasta razones legitimas para no permitir la libertad total y absoluta. A fin de aclarar lo que ha pasado miremos las condiciones que pueden, eventualmente justificar una censura.
Por ejemplo, si uno tiene un discurso racista o incita al odio o a la violencia ¿hasta dónde llega su derecho a expresarse?
También está el problema de la mentira cuando sucede conscientemente para dañar a otra persona o grupo de personas. Parece evidente que la sociedad tiene una obligación de proteger la reputación de otros de las falsas acusaciones.
Teniendo en cuenta esta objeciones volvemos a nuestro caso especifico.
El espectáculo Bassibus era un evento teatral que ofrecía a las víctimas de todos clases de abusos un espacio y un público para poder narrar sus historias en primera persona sin filtros o intermediarios. Mi deseo era y es de buscar una nueva dramaturgia que encuentra en la realidad de hoy sus verdaderos protagonistas.
Después de muchos contactos con gente y asociaciones de Murcia y de su Región los temas que más han dominado las conversaciones giragan en torno a irregularidades inmobilarias, corrupción política y atentados contra el medio ambiente. Ha estado también presente, en un capitulo aparte, el papel de la Iglesia Católica en la sociedad.
Estas fueron las historias que el señor Cruz ha censurado, y me parece evidente que no sólo no se prestaban a ninguna duda acerca de la legitimidad de expresarles, sino que además representaban, en mi opinión, la esencia misma de la libertad de expresión. Sin libre circulación de estas informaciones no hay salud de una democracia y se corre el riesgo de acabar gobernados por una oligarquía.
Cierto es que cabe la posibilidad de que entre estas denuncias pudieran incluirse mentiras y calumnias, pero para eso están los tribunales que permiten a cualquiera que se siente perjudicado el querellarse. Una posibilidad fácilmente al alcance de los que monopolizaban el poder político y económico.
¿Entonces por qué el Consejero de la Cultura ha censurado el Bassibus?
Sinceramente no creo que fuera por miedo a 65 personas sentadas en un autobús escuchando los comentarios de un payaso irónico. Sin conocer de primera mano la estructura del poder en Murcia, sospecho que los que mandan ahí no son tan frágiles.
No. Soy de la opinión de que lo que pasó tiene otra explicación y me voy a aventurar a dar una hipótesis.
Cuando se decidió organizar el congreso de PP hace un par de meses, alguien se fijó en que estaba programado que Leo Bassi, bestia negra del partido y de la Iglesia, actuara justo unos días antes en la misma Murcia y para colmo , ¡pagado por la Región para hablar de escándalos inmobiliarios! Me imagino el cabreo... . Y es que estos congresos provinciales del PP no son reuniones que se desarrollan con criterios muy racionales, no; Son eventos sumamente viscerales donde lo que importa son las relaciones de persona a persona, llenas de miradas y códigos antiguos que urden sigilosas alianzas y pactos como en una feria de ganado, con el añadido de que este año, la cosa seguramente se ha puesto al rojo incandescente con el anuncio de que no se presentará el jefe en la próxima legislatura.
¡Vaya empujón en previsión!
Entonces visto el panorama, a alguien se le ocurre anticipar la jugada y ofrecer la cabeza del bufón que molesta como pequeño tributo y homenaje a otro evitando así el posible maltrago de ver a alguien transformado en chiste orillas del congreso. Un regalo bastante modesto, pero útil a la hora de cerrar filas y contar con los amigos.
Es una versión de la historia que tiene un gran parecido con la Danza de Salomé y el martirio del pobre San Juan Bautista, pero con menos transcendencia y francamente, sin fascinación erótica alguna .
Si las cosas han ido así, como sospecho, y como ciertos testigos directos me han confirmado, pues bien, esto demuestra lo siguiente:
a) El Partido Popular ha manipulado la programación de un Festival de Arte Alternativo ( pagada por todos los contribuyentes) par no oír cosas que podían dar disgustos a los delegados de su congreso.
b) El Partido Popular considera que la Región de Murcia es propiedad suya y que puede decidir lo que los habitantes tienen derecho a saber o no.
c) El Partido Popular piensa que los artistas están al servicio de su visión de la sociedad y que están pagados para cumplir lo que les toca y nada más.
d) El Partido Popular no ha tenido ningún escrúpulo en mentir a la hora de justificar su comportamiento vergonzoso, un actitud que parece ser su modus operandi al nivel nacional desde ya tiempo.
Queridos amigos, yo fue contactado en febrero para hacer un espectáculo itinerante en Murcia basado sobre el concepto que el Arte se construye utilizando la vitalidad y la energía que nos rodea y no un simulacro de estas fuerzas que con el paso del tiempo y por la costumbre se vacían de contenido. Creo que todo artista entiende esta exigencia pero, a veces, seguir camino nos pone en conflicto con otras realidades, desde la política a la religión, que al fin y al cabo, luchan sobre el mismo terreno.
Cuando surge esta situación lo que se queda claro es la diferencia abismal que nos separa:
De un lado hay una necesidad absoluto de poder, del otro, una necesidad absoluto de libertad.
Gracias por vuestro ayuda.
leo bassi