Por razones humanas, éticas, políticas y religiosas este lugar me ofende como pocos lugares en el mundo. No entiendo como, cuando han pasado casi 30 años desde su transición a la democracia, España puede tolerar la existencia del Valle de los Caídos.
Me hablan de preservar la memoria histórica en un intento de reconciliación y acepto el concepto, ¿pero dónde está reflejado aquí el recuerdo del sufrimiento físico y de la humillación intelectual de los miles de presos políticos que fueron obligados a edificar este monumento? ¿Dónde está el museo que narra esta tragedia?
Si hablamos de reconciliación y de democracia, ¿por qué el último Presidente de la última Republica Española, Manuel Azaña, yace en una tumba descuidada en Montaubon, Francia, mientras que Franco, el hombre que destruyó el orden democrático, tiene tantos honores?
La reconciliación comienza con un esfuerzo de todos por encontrar una manera de respetarse y visto que este monumento perdura sin una justa revisión histórica, tengo la sensación de que en España no todos están haciendo el esfuerzo. Hay otro aspecto de este lugar que me molesta mucho, y es su condición de templo cristiano. No soy cristiano de fe, pero valoro enormemente sus preceptos de amor y humildad, dos cosas particularmente ausentes en este conjunto arquitectónico.
Detrás de la sencillez al primer vistazo, aquí sólo se ve megalomanía, presunción, soberbia y, en última instancia, pobreza moral, cosas que seguramente no le habrían gustado nada a Jesucristo. Tras el concilio Vaticano II donde el espíritu democrático de la Iglesia Católica fue plenamente reafirmado, es difícil entender cómo puede el Papa aceptar, en tales condiciones, que este lugar merezca el rango de basílica y continúe igual desde siempre.
La realidad es que este lugar es profundamente grotesco y tétrico, lleno de tristes recuerdos como por ejemplo, que entre los miles de personas que hay sepultados aquí, muchos son republicanos que fueron trasladados de las fosas comunes, evidentemente sin autorización de sus familias, para descansar por siempre al lado de su enemigo más odiado. Y lo que es peor, ¡por su propia gloria!
Todo esto es vergonzoso y hace que el mantenimiento del Valle de los Caídos en su forma actual sea inaceptable. Entonces como ciudadano europeo que ama profundamente a España y a su gente, hago este llamamiento:
1) Que el cuerpo del Presidente Azaña vuelva con honores a España.
2) Que los restos de Franco y de José Antonio sean llevados dignamente a otro cementerio.
3) Que se erija otro importante monumento a la reconciliación donde sean llevados todos los caídos de los dos bandos que se encuentran aquí (esto, por supuesto, previa consulta a las familias).
4) Que la Iglesia Católica desacralice este lugar.
Respecto al asunto de en qué reconvertir Cuelgamuros, nombre real de el Valle de los Caídos, después de esta transformación, algunos han sugerido crear aquí un museo de la guerra civil, otros un espacio donde se reunieran todos los monumentos y recuerdos del Franquismo... Yo, como bufón y provocador, propongo la inauguración de FRANCOLANDIA, un parque temático para toda la familia donde todo sería mejor, más seguro y sin el tormento de pensar en ideas políticas...
Una última reflexión: en el gran debate de cual tendría que ser el papel de Europa en el mundo, creo que tenemos la posibilidad de asumir una posición de liderazgo. Sin necesidad de rivalizar militarmente con ningún adversario, nuestra fuerza será moral, intelectual y creativa; conquistando el respeto de los demás países, por haber superado juntos males como los enfrentamientos políticos, el oscurantismo religioso y la mentalidad nacionalista estrecha... Que han asolado nuestro continente durante milenios.
El Valle de los Caídos representa estos viejos demonios y no puede haber ambigüedad sobre su significado. Es el testigo de lo que Europa ha superado. Entiendo que este monumento pueda fascinar a ciertas personas, y quiero decirles que no soy necesariamente su enemigo.
Percibo la intensidad de la voluntad y el tesón que subyacen tras este proyecto y por cierto: no me deja indiferente. Pero siempre he creído que esta misma fuerza tiene que ir acompañada del beneficio de la duda como contrapeso y esto me ha llevado siempre a la comicidad.
Leo Bassi,
25 Enero de 2004.
1 comentario | Participa en el debate
Hola Leo:Tengo 54 años.Nací ,mujer, y crecí en la montaña oriental de León : Un proyecto demencial, inundó un valle, (congelando la imagen del paraíso de la infancia): pantaño de Riaño. Estudié una Ingeniería (100 chicos y 2 chicas), y milité en la clandestinidad desde los 17 años, hasta las primeras elecciones democráticas. No sufrí "el desencanto", pues yo sí había conseguido mi propósito: Igualdad ante la ley independientemente del sexo, derecho a información y anticonceptivos ...arrancar. Además empezaba la revo Punk. Ya me ubiqué. Hace 20 años hubiera refrendado TODAS tus palabras. Lo hubiera dinamitado.
Despues de varias vidas, recaí en San Lorenzo del Escorial y me atrapó 10 años. Y ya ves ahora creo que es menester conservarlo. El arte que produce una ideología, es un retrato del cerebro que tiene que tener el señor que disfruta de "la contemplación de eso " (aunque nunca hablemos, siempre pensamos en los que lo hicieron -no hay familia sin asesinado,fué civil-). ¿Que sentimientos tendría mi o tú abuelo con aquella pinta, qué sucios se sentían, ¡cómo tapaban su vergüenza! He ído con alumnos de 20 años, heavys de barrio, punkys cultos ... y ellos me lo enseñaron. Te quiero mucho Leo: ¡a ver si get entradas! muac
Tatis Alvarez | 24 Febrero 2009 | Responder
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